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La UNL ahorró más de 40 millones en energía durante el primer semestre

Los datos surgen de un informe realizado por la Dirección de Sostenibilidad y Gestión Ambiental que fue presentado al Consejo Superior. Además incorporó tecnología y capacitó a su personal para trabajar en el ahorro del consumo energético.

El consumo de energía eléctrica de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) representa más del 53,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la institución. Además, el servicio de energía eléctrica representó más del 58% del total de gastos de funcionamiento del año pasado. En base a esos números y el aumento exponencial en las tarifas energéticas, durante los primeros seis meses del año la universidad trabajó fuertemente en mejorar la eficiencia en el consumo energético y logró ahorrar más de 40 millones de pesos en contratación energética.

Ignacio Schneider, director de Sostenibilidad y Gestión Ambiental, detalló que desde enero de 2024 hasta julio de 2024 el ahorro en contratación energética fue de más de 45 millones de pesos. Esto quiere decir que mediante un seguimiento pormenorizado e histórico de la demanda de cada suministro y el análisis de los criterios de contratación según el régimen tarifario, se redujeron los montos abonados por el servicio. “El ahorro energético es un tema importante no solo porque la energía es uno de los principales gastos de funcionamiento de la universidad sino que su uso racional tiene un impacto positivo en términos ambientales”, indicó Schneider.

El director de Sostenibilidad y Gestión Ambiental aclaró que el ahorro se logró “por medio de diferentes estrategias orientadas al uso racional y eficiente de la energía eléctrica que comprende, entre otras cosas, el conocimiento de las realidades de cada uno de los más de 70 edificios de la universidad que son propios o alquilados, nuevos o centenarios, con características, usos y equipamiento muy diferente”. Por otro lado, detalló que existieron muchas líneas de trabajo para tener un consumo energético controlado como la incorporación de tecnología, la revisión de contratación en los edificios categorizados como grandes demandas de potencia, la capacitación del personal o el fortalecimiento de las capacidades institucionales.

En agosto, la Dirección presentó el informe del primer semestre del 2024 al Consejo Superior que resume todas las acciones que se realizaron.

Sobre el ahorro energético

Con el objetivo de promover el uso racional y eficiente de los recursos energéticos, se conformó un equipo de trabajo central compuesto por la Dirección de Sostenibilidad y Gestión Ambiental, la Unidad de Estudios y Proyectos Especiales, la Secretaría General y la Dirección de Obras y Servicios Centralizados de la UNL. Además se trabajó con “administradores energéticos” en cada edificio, es decir, una persona en cada inmueble encargada de llevar el control sobre la temática.

Entre las principales acciones para ahorrar energía que detalla el informe está la incorporación paulatina de tecnología como la telemedición que permitió controlar parámetros como: tensión en cada fase (V), energía eléctrica consumida (kWh), potencia demandada (kW), factor de potencia, intensidad de señal, entre otros. Así, se sistematizó la información de cada edificio reportando el minuto a minuto.

Durante los primeros seis meses del año, se revisaron los procedimientos y las contrataciones para mejorar los registros, los procesos y la comunicación interna; se llevaron adelante acciones de mantenimiento, de seguridad y de adecuación de las instalaciones eléctricas; se trabajó en el fortalecimiento institucional con capacitación de personal, asesoramiento de docentes, intercambio de experiencias. También se continuaron acciones en el marco de casos piloto como el Proyecto de Gestión Eficiente de la Energía en la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) y la instalación de equipos de domótica para el control inteligente de consumos en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE).

La comunicación y la concientización en todas las unidades académicas fue otra de las partes importantes del plan de trabajo.

Como desafíos para el próximo semestre, en el informe presentado al Consejo se plantea la necesidad de consolidar el equipo técnico abocado a monitorear, intervenir y gestionar la agenda energética, y concretar acciones de eficiencia que “permitan la racionalización del consumo”.